Ser migrante y emprendedor

Ser migrante y emprendedor

Para quienes hemos salido de nuestro país, migrar ha supuesto todo un reto. Cada día se convierte en un nuevo desafío, cada día se convierte en una nueva oportunidad y otras veces cada día ha aparecido un nuevo dolor.

Migrar es una montaña rusa emocional, psicológica, física y social.
Es un mundo que sólo quien lo ha vivido lo comprenderá bien.

Encontrarnos con el desafío de “trabajar en un nuevo entorno cultural no sólo empresarial sino social”, representa para muchos, quizás no para todos, un revolcón de preguntas internas que a veces se convierten en saboteadores de nuestro propio progreso. Unos deciden “trabajar para alguien” bajo un contrato, cumpliendo un horario y unas reglas, frente a ellos tengo que decir que esto ha sido una experiencia importantísima, valiosa y el aprendizaje que allí se logra nos hace más conocedores por si luego estamos pensando en emprender.
El caso de hoy es: ¡soy migrante y quiero emprender!

Cuando de por sí ya sabemos de los desafíos laborales, tomar la decisión de hacer un cambio en nuestra vida para pasar de lo seguro (hablo de algo casi siempre fijo, llámese lugar de trabajo, compañeros, salario, cumplir con un presupuesto familiar), a la incertidumbre.
Porque sin duda así lo es, por lo menos al comienzo y desde mi percepción y experiencia personal, elegir atravesar por más desafíos a los que normalmente vivimos al integrarnos a una empresa en nuestro país de origen, requiere una alta dosis de humildad y perseverancia, y ni se diga si es en otro idioma.
Migrar es de por sí ya todo un terremoto interior, que a unos nos mueve más que a otros, y emprender al tiempo es como aceptar que las sacudidas te gustan y estás dispuesto a enfrentarte a ellas.

Claro, esto contemplando que vamos a requerir unir varios puntos que a continuación desde mi óptica serán necesarios y que además los viví como migrante y emprendedora para poder ganar autoconfianza y apoyar con claridad desde el liderazgo el crecimiento de ejecutivos y emprendedores:

  1. Ten claro que emprender fuera de nuestro país de origen es una decisión de responsabilidad y valentía. Tener claridad sobre qué es lo que nos mueve a emprender es fundamental, así como para qué lo haces. Esto es lo que en coaching llamamos definir tus propósitos, y te permitirá tener una ruta más clara.
  2. Aprender a hacer las paces: sin duda alguna con nuestro pasado, a soltar, a autoconvencernos de que ya no somos más ese personaje con el que tantos años nos identificamos.
  3. Conocer la cultura en la que nos vamos a desarrollar: sus gustos, sus cualidades, debilidades, comprende las necesidades, preferencias y comportamientos del consumidor local, regulaciones locales, así como las leyes laborales y tributarias, es esencial.
  4. Organizar o pertenecer a una red de apoyo y networking: construir una red de contactos local, participar en eventos empresariales, conferencias y actividades de networking para establecer relaciones con otros emprendedores y profesionales del sector.
  5. Mejorar las habilidades en el idioma local: este punto es muy importante no solo porque nos ayuda a sentirnos más seguros, sino porque no puedo abrir más puertas.
  6. Adaptabilidad y paciencia: La adaptabilidad es clave. Prepárate para enfrentar desafíos culturales y ajustarte a nuevas formas de hacer negocios; la paciencia es fundamental, ya que el proceso de establecer un negocio y ver resultados positivos puede llevar tiempo.
  7. Buscar asesoramiento o ayuda profesional: Contar con la orientación de expertos en el mercado y en aspectos legales te ayudará a evitar problemas y tomar decisiones informadas.
  8. Bienestar personal: emprender puede ser estresante, no descuidemos nuestro bienestar emocional y físico, especialmente en un entorno nuevo. Asegurar nuestro cuidado y buscar apoyo cuando sea necesario es quizás el punto más importante de la ecuación, ya que como siempre digo a mis clientes: Emprendedor fuerte, negocio fuerte.

En resumen, migrar y emprender es uno de los retos que como profesionales nos puede impulsar a ser más fuertes, a pesar de los desafíos que trae consigo y sin duda alguna puedo compartirte que es una de las mejores experiencias que he vivido y me ha hecho crecer a nivel personal, profesional y social.

Si eres migrante y emprendedor, me gustaría saber cómo ha sido tu experiencia.

Y si requieres apoyo en ello para sentirte fortalecido y enfocado, contáctame para que conversemos.

Y recuerda: Crecer es la meta.

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